viernes, 16 de diciembre de 2011

FUNCIONES DE LA GUERRA

 


 Además de la función visible y obvia, la guerra tiene implícitas  otras funciones no-militares, críticas para la transición hacia una condición de paz permanente.
Estas funciones se mueven en diferentes terrenos.
FUNCIONES ECONOMICAS:
aviones guerra
“La guerra ha brindado, tanto a las sociedades antiguas como a las modernas, un sistema confiable para estabilizar y controlar las economías nacionales”.
“La producción bélica es progresista debido a que construye una producción que, de otra manera, no se hubiera realizado”. David T. Bazelon, “The Scarcity Makers”
“La producción bélica tiene un efecto sólidamente estimulante más allá de sí misma. Lejos de constituir un drenaje “desperdicial” sobre la economía, el gasto de guerra, si es  considerado pragmáticamente, constituye un factor de efectos consistentemente positivos sobre el aumento del producto bruto nacional y sobre la productividad individual”.
“La guerra es y ha sido el estabilizador económico esencial de las sociedades modernas”.
FUNCIONES POLITICAS:

En este terreno, la función de la guerra -según afirma el Informe- es esencialmente organizacional. “Esto lo realiza esencialmente brindando una amenazante necesidad externa para que una sociedad acepte ser gobernada políticamente. Al hacerlo establece la autoridad del gobierno para controlar a sus ciudadanos”.
“La autoridad básica del estado moderno sobre su población reside en sus poderes de guerra”.
“Existen, en verdad, buenas razones para creer que los códigos de ley tuvieron su origen en las reglas de conducta establecidas por los militares victoriosos hacia sus enemigos derrotados, que luego se vieron adaptadas para aplicarse sobre todas las poblaciones sujetas”. L.Gumplowicz, “Historia sobre las Teorías del Estado”.
FUNCIONES SOCIOLÓGICAS:
soldiers
De entre las funciones de la guerra en este campo, “la más obvia es el uso tradicional de las instituciones militares para brindar a los elementos antisociales un rol aceptable dentro de la estructura social”.
La guerra como “controlador indispensable de las peligrosas disidencias sociales y las tendencias antisociales destructivas.
“Los elementos más jóvenes y peligrosos de estos grupos sociales hostiles se han mantenido bajo control por el Sistema de Servicio Selectivo (Selective Service System – la conscripción)”.
“Las fuerzas armadas en cada civilización han brindado el principal refugio apoyado por el estado para lo que hoy denominamos personas “no empleables”. El típico ejército permanente europeo (de hace cincuenta años -según el Informe) consistía en “…tropas no aptas para el empleo en el comercio, industria, o agricultura lideradas por oficiales no aptos para ninguna profesión legitima o para conducir un negocio o empresa”.
Según asegura el Informe Iron Mountain, este sistema de conscripción, podría ser utilizado como medio para “mejorar el nivel cultural de los sectores pobres”.
patriotismo
Por otro lado, se afirma que “el sistema de guerra brinda la motivación básica para la organización social primaria. Al hacerlo, refleja a nivel social, los incentivos que hacen al comportamiento humano individual. El más importante de éstos, a  efectos sociales, lo conforma la necesidad psicológica individual de lealtad hacia una sociedad y sus valores. La lealtad requiere  una causa; una causa requiere  un enemigo. El enemigo que define la causa debe percibirse como realmente formidable. En términos generales, el poder que se presume de semejante “enemigo” debe ser lo suficientemente importante como para generar un sentido individual de lealtad hacia una sociedad y debe ser proporcional al tamaño y complejidad de esa sociedad. Hoy en día, por supuesto, ese poder debe ser de una magnitud y terror sin precedentes”.
“Lo que le otorga al sistema de guerra su rol pertinente en la organización social, como en otros campos, es su autoridad sin igual sobre la vida y la muerte”.
FUNCIONES ECOLOGICAS:

“La guerra ha sido el principal mecanismo evolutivo para mantener un equilibrio ecológico satisfactorio entre la población humana bruta y los recursos disponibles para su supervivencia”.
“Para conjurar a los inevitables ciclos históricos de insuficientes recursos en materia de alimentos, el hombre pos-neolítico destruye a los miembros excedentes de su propia especie a través de la guerra organizada”.
Sin embargo, “la guerra ha ayudado a asegurar la supervivencia de la especie humana, pero como mecanismo evolutivo para mejorarla, la guerra ha resultado casi increíblemente ineficiente”.
“Muchas enfermedades que antes eran fatales a edades procreadoras ahora pueden ser curadas; el efecto de este hecho es que permite perpetuar susceptibilidades y mutaciones no-deseadas. Queda claro que una nueva, cuasi-eugénica función de la guerra se encuentra en proceso de formación y deberá tenerse en cuenta en cualquier plan de transición”.
FUNCIONES CULTURALES Y CIENTIFICAS:
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El Informe habla de la constante en el arte y la cultura de  alusiones bélicas. Desde las danzas de guerra, a la literatura (Shakespeare), pasando por la pintura (Goya), o la música (Beethoven),…
Y asegura: “Los standards estéticos y morales tienen un origen antropológico  común, en la exaltación de la valentía, y en la predisposición para matar y arriesgar la muerte en la guerra tribal”.
Respecto a la ciencia, “no existe ningún adelanto científico de importancia que no se haya visto instigado, aunque sólo sea indirectamente, por los requerimientos de los armamentos”.
OTRAS FUNCIONES:
cazas
Menciona entre éstas (¡atentos!):
La guerra como un factor de liberación social general: “Esta es una función psicológica que sirve las mismas funciones para la sociedad que las vacaciones, la celebración, y la orgía para el individuo – la liberación y redistribución de tensiones indiferenciadas. La guerra brinda el necesario periódico reajuste de los standards de comportamiento social (el “clima moral”) y permite disipar el aburrimiento general”.
La guerra como estabilizador generacional: “Permite a las generaciones más viejas que se van deteriorando físicamente mantener un cuota de control sobre la generación más joven, destruyéndola si es preciso”.
Como clarificador ideológico: “No puede haber más de dos lados en una guerra”.
Base de entendimiento internacional: “Para enriquecimiento de una cultura nacional con los logros de otra”.

SUSTITUTOS DE LA GUERRA


Si el sistema de la guerra como tal desapareciese, se deberían crear instituciones sustitutas capaces de satisfacer las necesidades sociales de las funciones  no-militares resueltas por aquella -afirma.
Sin perder de vista que  “un sustituto viable para la guerra ha de brindar una amenaza de vida o muerte verosímil, o no servirá para la función social organizadora que cumple la guerra”.
Es decir, la amenaza ha de ser de “una magnitud y terror sin precedentes”, como hemos visto antes.

Los potenciales sustitutos de la guerra se van analizando en el Iron Mountain siguiendo los mismos terrenos  que en el análisis de  las funciones de ésta. Los mencionaré según hace el Informe, pero entraré a detallar sólo algunos de dichos sustitutos para no alargar en exceso el artículo.
Si alguien tiene interés en ampliar la información, puede acceder directamente al texto traducido al español pinchando aquí:   Informe Iron Mountain: sobre la Posibilidad y Conveniencia de la Paz  .
SUSTITUTOS ECONOMICOS

1.- Un programa integral de acción social, dirigido hacia la máxima mejora de las condiciones generales de la vida humana.
2.- Un programa de investigación espacial gigantesco y sin meta concreta orientado hacia objetivos no realizables. Esto permitiría la inversión de fondos sin límite y sin justificación. Aunque adolece del carácter de amenaza inminente que se considera esencial.
3.- Un sistema de inspección de desarme permanente, ritualizado y ultra-elaborado y variantes de semejante sistema. La organización de mecanismos de inspección podría ser ritualizada de una forma similar a lo que ocurre con los procesos militares establecidos. No habría dificultad en inflar el presupuesto para tales inspecciones hasta una escala militar.
SUSTITUTOS POLITICOS

1.- Una fuerza policial internacional omnipresente y virtualmente omnipotente. Podría argüirse que una fuerza policial internacional bien armada que opere bajo la autoridad de semejante “corte” supranacional podría cumplir la función de un enemigo externo. Esto, sin embargo, constituiría una operación militar como los esquemas de inspección ya mencionados y como ellos, seria inconsistente con la premisa de un fin al sistema de guerra.

2.- Una amenaza extraterrestre establecida y reconocida. Semejante amenaza ofrecería la “ultima y mejor esperanza para la paz” etc., al unir a la humanidad en contra del peligro de destrucción por “criaturas” de otros planetas o provenientes del espacio exterior.  Y vendría a completar la carencia que presenta el programa de investigación espacial. Se han propuesto experimentos para probar la credibilidad de una amenaza consistente en una invasión desde fuera de este mundo; es plausible que algunos de los incidentes de “platos voladores” más difíciles de explicar en los últimos años hayan sido algunos primeros experimentos de esta clase.  (¿Alguien recuerda la “Guerra de los Mundos” de Orson Welles ?)

3.- Una contaminación ambiental masiva y global. Podría ocurrir, por ejemplo, que la fuerte contaminación del medio ambiente pudiera eventualmente reemplazar la posibilidad de destrucción masiva por armas nucleares como amenaza principal y más evidente para la supervivencia de nuestra especie. El envenenamiento del aire y de las principales fuentes de alimentos y de agua ya se encuentra bastante adelantado y a primera vista podría representar una solución a este problema; constituye una amenaza que sólo puede abordarse a través de una adecuada organización social y con poder político. Pero se estima que deberá pasar entre una generación y una generación y media antes de que la contaminación ambiental, por más severa que sea, se torne lo suficientemente amenazante a nivel global como para ofrecer una posible base de solución.

Es verdad que la tasa de contaminación podría incrementarse en forma selectiva para este propósito. Aunque parece altamente improbable que un programa gubernamental de efectos deliberadamente nocivos para el medio ambiente pudiera ser implementado de manera políticamente aceptable.  (¿chemtrails?)
4.- Enemigos ficticios alternativos.
SUSTITUTOS SOCIOLOGICOS



Función de control.
1.- Programas generalmente derivados del modelo del Peace Corps  (Agencia federal independiente de EEUU. Fundadda en 1961 por la Orden  Ejecutiva 10924, con el fin de  promover la paz mundial. Lo curioso es que los directores  de estos cuerpos “independientes” fueron nombrados sucesivamente por: Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, G.H.W. Bush, Clinton, G.W. Bush).
2.- Una forma moderna y sofisticada de la esclavitud. “Otro posible sustituto para el control de enemigos potenciales de la sociedad lo conforma la reintroducción, de alguna manera consistente con la tecnología y los procesos políticos modernos, de la esclavitud. Hasta ahora, esto ha sido sugerido solamente en obras de ficción, particularmente en los trabajos de Wells, Huxley, Orwell y otros involucrados en la anticipación imaginativa de la sociología del futuro. Pero las fantasías proyectadas en Un Mundo Feliz y el 1984 han parecido cada vez menos inimaginables en los años que corrieron desde sus respectivas publicaciones”.
“Resulta totalmente posible que el desarrollo de una forma sofisticada de esclavitud se transforme en un requisito absoluto para lograr el control social en un mundo en paz”.  (¿microchips?)
“La esclavitud en una forma conceptualmente eufemizada y tecnológicamente moderna podría representar una institución eficiente y flexible en este área”.
La Inquisición. Goya -
Función motivacional.
1.- Contaminación ambiental intensificada.
2.- Nuevas religiones u otras mitologías.
3.- Juegos de sangre socialmente orientados. “De la misma manera en que lo hizo la Inquisición Española y los menos formales juicios de brujas de otros tiempos, con el propósito de lograr la “purificación social”, la “seguridad del estado” u otros objetivos que sean tanto aceptables como creíbles para las sociedades de la posguerra”.
“Existen amplios precedentes en el tratamiento que se le ha dado a los grupos étnicos desfavorecidos, supuestamente amenazantes, en ciertas sociedades durante determinados periodos históricos”.

Según la nota a este párrafo: “Como en la Alemania nazi; este tipo de represión étnica “ideológica” dirigida hacia metas sociales específicas, no debería confundirse con la explotación económica tradicional como la llevada a cabo contra los negros en los EE.UU, Sudáfrica, etc.”
“Vale la pena considerar cuidadosamente una institución que combine la función  motivacional con la de control, basada sobre el antecedente de la represión étnica organizada”
4.- Una combinación de estas formas.
SUSTITUTOS ECOLOGICOS

Un programa integral de eugenesia aplicada. “La limitación de la guerra en esta función es enteramente eugénica. La guerra no ha sido genéticamente progresista”. Aunque se está produciendo una mejora cualitativa realmente importante.
“El control total de la concepción con una variante que involucre a la píldora anticonceptiva, a través de las fuentes de provisión de agua o de ciertos alimentos, luego contrarestado por medio de algún “antídoto” controlado – ya se encuentra bajo desarrollo.”
En la nota a este último párrafo se dice:  “Por equipos experimentales de biólogos  en Massachusetts, Michigan y California, como así también en Méjico, y la Unión Soviética. Aplicaciones experimentales preliminares estan previstas para llevarse a cabo en el sudeste asiático, en países aun no anunciados”.
(¿Informe Rockefeller sobre población?  ¿Informe Kissinger? ¿Informe Global 2000? )
SUSTITUTOS CULTURALES

No se propone ninguna institución sustitutiva.
SUSTITUTOS CIENTÍFICOS

Los requerimientos secundarios de programas de la investigación espacial, la asistencia social y/o la eugénica.

CONCLUSIONES

Una vez analizados y evaluados los potenciales sustitutos de la guerra, se  llega a las conclusiones.
“Resulta evidente de lo antedicho que ningún programa o combinación de programas propuesto para la transición hacia la paz se ha acercado, ni siquiera remotamente, a los requerimientos funcionales de un mundo sin guerra.

Aunque un sistema proyectado para cumplir con las funciones económicas de la guerra parezca prometedor, no se puede expresar un optimismo similar en las áreas esenciales de la política y la sociología”.
“Cuando se nos pregunta cual sería la mejor manera de prepararnos para el advenimiento de la paz, debemos primero responder tan enfáticamente como sea posible, que no se puede responsablemente permitir que el sistema de guerra desaparezca hasta tanto:
(1) Sepamos exactamente qué es lo que planeamos colocar en su lugar y.
(2) Estemos seguros, más allá de cualquier duda razonable, de que estas instituciones sustitutivas servirán sus propósitos en términos de la supervivencia y estabilidad de la sociedad”.
“Algunos observadores consideran que el precio de la paz es simplemente demasiado elevado”.

“El sistema de guerra, a pesar de toda su repugnancia subjetiva para importantes sectores de la “opinión publica”, ha demostrado su efectividad desde el comienzo de la historia escrita; ha brindado las bases para el desarrollo de muchas civilizaciones durables e impresionantes, incluyendo aquella que hoy es dominante”.
“Un sistema viable de paz, presuponiendo que las grandes y complejas cuestiones de las instituciones sustitutivas planteadas en este informe resulten tener solución y que la misma sea hallada, aun así seguiría constituyendo un viaje hacia lo desconocido con el riesgo inevitable que se refiere a lo desconocido, independientemente de hasta qué punto esos factores desconocidos resulten controlables”.

“Cualquier condición de paz total genuina, se logre como se logre, sería desestabilizante hasta tanto se demuestre lo contrario”.
“Es posible que una o más naciones soberanas arriben, a través de un liderazgo ambiguo, a una posición en la cual una clase administrativa gobernante pierda el control de la opinión publica básica, o de su habilidad para racionalizar una guerra deseada. No resulta difícil imaginar, en tales circunstancias, una situación en la que tal gobierno podría verse obligado a iniciar un proceso serio de desarme a gran escala (quizás provocado por alguna explosión nuclear “accidental”) y que tales negociaciones puedan conducir a la real disolución de las instituciones militares. Como nuestro Informe indica claramente, esto sería catastrófico. Nos parece evidente que en caso de que una parte importante del planeta se viera inmersa, repentinamente y sin una alerta previa suficiente, en una condición de paz inadvertida, entonces una preparación parcial o inadecuada será mejor que ninguna. La diferencia podría ser crítica”.

“Una ultima conclusión entonces sería que será necesario para nuestro gobierno planificar con profundidad para dos contingencias generales. La primera que es la que se refiere a la posibilidades de una paz general viable; la segunda es la continuación exitosa del sistema de guerra. En nuestra opinión, una preparación cuidadosa para la posibilidad de la paz debería continuarse, no porque tomemos la postura de que el fin de la guerra sería necesariamente deseable, si es que resulta posible, sino porque puede que nos sea impuesta de alguna manera, estemos listos para ella o no”.

RECOMENDACIONES


El informe termina  recomendando la creación bajo una orden ejecutiva del Presidente, de una Agencia de Investigaciones de Guerra y Paz permanente a la que asigna un nutrido listado de tareas, entre las que destacaré solamente una:
“La determinación de los niveles mínimos y óptimos de destrucción de vida, propiedad y recursos naturales como requisito para lograr la credibilidad de una amenaza externa, lo que resulta esencial para funciones políticas y motivacionales”.
SOBRA CUALQUIER COMENTARIO


 
“SI NON E VERO, E BENE TROVATO”

martes, 13 de diciembre de 2011

¿Hegemonía o emancipación?

  x Ana Esther Ceceña   Las puntas de lanza socavadoras del proyecto emancipador tienen asiento en Colombia y México, junto con Honduras, Panamá, Costa Rica y ahora también Guatemala  
Las primaveras libertarias
Si una década atrás los aires de primavera americanos inundaban el resto del planeta, hoy regresan refrescantes aunque enigmáticos desde tierras árabes hasta nuestro continente.
Las revueltas americanas inauguraron un ciclo de luchas por la descolonización y la desalienación; por la desobjetivación de los sujetos; por la complementariedad y las diversidades; por la recuperación de la intersubjetividad; por la humanidad y contra la carrera suicida de un sistema insustentable y perverso. Partiendo del mundo en el que caben todos los mundos, proclamado por los zapatistas desde el fondo más profundo de las diversidades negadas, hasta las revueltas andinoamazónicas que llaman a refundar la relación con la naturaleza y a restablecer la integridad de la Pacha Mama, se ha recorrido un camino conceptual del que emana una politicidad transformada, subversiva y libertaria cuya potencia sólo puede ser medida en el tiempo y el espacio de los amplios horizontes, en los que se encuentran y a los que contribuyen los movimientos emancipatorios que crecen en todos los rincones del mundo.
El momento actual puede muy bien ser definido como de oportunidad y peligro, como de catástrofe y esperanza. Atendiendo a la alta inestabilidad sistémica que lo caracteriza, las rutas posibles de bifurcación están abiertas e invitan a esa creatividad sujética con que los pueblos reinventan su historia. No sólo hay un rechazo a la perpetuación del sistema sino un afloramiento de alternativas que van construyendo nuevos imaginarios y sus consecuentes cables a tierra, ya sea que aparezcan como políticas públicas, como nuevas institucionalidades o como construcciones autonómicas y comunitarias.
Desafiantes, atrevidos, audaces, convencidos y múltiples, los movimientos libertarios brotan por todos lados buscando materializar utopías viejas y nuevas y colocan al sistema en su conjunto en aprietos, casi desoyendo sus contradicciones internas. Que se vayan todos los representantes de este orden caduco y autodestructivo donde quiera que se encuentren no es más una aspiración argentina sino mundial, ya rumiada por los colonizados de todos los continentes y replicada unos años después por los indignados e insurrectos que brotan hasta en el corazón del sistema. Y todos significa los saqueadores, los creadores y defensores del orden establecido así sean legisladores, represores, financieros, inversores, educadores o civilizadores, bajo cualquiera de sus modalidades. No más opresión; no más alienación. El capital está en riesgo.
Diez años después en la Plaza Tahrir se escuchan los ecos de la Plaza de Mayo: que se vayan todos. Emblemas del Che Guevara, del Subcomandante Marcos y de Hugo Chávez ondean entre los manifestantes demostrando que la lucha es una sola más allá de sus matices y diferencias temporales y situacionales. Es un levantamiento contra el capitalismo que apenas empieza a mostrarse, atizado por la evidencia de insustentabilidad de un sistema que en consecuencia se militariza cada vez más.
Las pacíficas voces del Ya basta o del Ya no más que movilizan en contra del saqueo y que abren nuevos imaginarios atrevidos y esperanzadores se van convirtiendo en el enemigo principal de ese sistema obsoleto, pero sanguinario y despiadado, que extiende y profundiza la guerra colonial con la que inició hace más de 500 años, y con la que seguramente cavará esa tumba, a la que quiere arrastrarnos a todos.
Geopolítica a dos bandas. El control del homeland
Si América es considerada espacio vital de Estados Unidos por su carácter insular y sus condiciones de autosustentabilidad, el Medio Oriente, Asia Central y algunas regiones de África forman parte de sus emplazamientos neurálgicos. En un juego que se mantiene a dos, tres o cinco bandas, una en cada continente, Estados Unidos, como expresión del máximo poder mundial, intenta hacer honor a la pretensión del Pentágono de alcanzar la dominación de espectro completo.
Con ritmos distintos, pero manteniendo siempre el principio de los contrapesos; utilizando diferentes mecanismos pero aplicándolos de manera simultánea; comprometiendo actores que en otras circunstancias podrían pretenderse competidores pero manteniendo claramente el control desde la cúspide de la pirámide del poder; guardando una continuidad impecable de sus políticas hegemónicas no obstante los cambios de gobierno y los reacomodos de fuerzas, Estados Unidos se despliega por el mundo reforzando o conquistando posiciones que se constituyen en nodos estratégicos de un entramado global de dominación y disciplinamiento encaminado a la apropiación material de los elementos esenciales de reproducción del sistema, llamados de manera simplificada recursos naturales, y a la disuasión o confrontación de cualquier iniciativa de territorialidad, organización social o visión del mundo diferente a la occidental capitalista que encabeza.
En América Latina a pesar de la complicidad de muchos de los gobiernos de la región y del lanzamiento de grandes y ambiciosos proyectos que combinaban intereses económicos, reordenamiento territorial y control policíaco-militar directo e indirecto, no en todos los terrenos se logró mantener la preeminencia. Casi todos estos proyectos han sido cuestionados y han levantado una oposición en ocasiones dispersa, siempre multiforme, y en momentos articulada subregionalmente o incluso a nivel continental. Por su importancia simbólica, por haber permitido crear una plataforma de lucha en la que confluyeron movimientos muy distintos entre sí y también gobiernos comprometidos con la autodeterminación de los pueblos de Nuestra América, el rechazo militante y finalmente la derrota del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en 2006 marcó un momento culminante de la fuerza descolonizadora regional y a la vez un llamado a reforzar la estrategia contrainsurgente para detenerla.
A partir de ese momento puede observarse un reforzamiento de la política hegemónica sobre el Continente que juega simultáneamente en todos los frentes buscando a la vez penetrar y envolver, cercar y desarticular.
La señal de partida, que marca tanto cambios de forma como un claro aceleramiento del ritmo de intervención, fue dada en Sucumbíos, ratificando a Colombia como punto de irradiación interno, centro de una estrella capaz de lanzar sus rayos en todas direcciones y vinculado a las fuerzas del Pentágono, activas desde su implante en la base de Manta en Ecuador en ese momento.
Efectivamente Colombia es el asiento principal de este nuevo ciclo ofensivo, con un importante cambio de matiz con la salida de Álvaro Uribe de la Presidencia.
Después de un conjunto de movidas relativamente imperceptibles en toda el área del Gran Caribe, la base de Manta se multiplica en territorio colombiano mediante un convenio que admite 7 nuevas ocupaciones –anteriormente había 6- de instalaciones militares en condiciones de total inmunidad, tanto para los efectivos militares estadounidenses como para sus contratistas, que bien pueden ser ingenieros o mercenarios de guerra, espías, expertos en comunicaciones, biotecnólogos o cualquier otra cosa que sirva a los fines inmediatos y estratégicos de la cúpula del poder mundial bajo la representación del Pentágono.
Sin demeritar la importancia de las nuevas posiciones alcanzadas en el centro del continente, con capacidad de proyección rápida no sólo hacia los polos sino hacia otros continentes -particularmente África-, una de las jugadas de mayores consecuencias en la geopolítica continental fue la extensión del Plan Colombia por lo pronto hacia el norte.
La proyección hacia el sur, con su punto nodal en Paraguay, ha tenido algunos vaivenes. Pasó de la libertad de tránsito de efectivos militares estadounidenses en todo el territorio paraguayo, con inmunidad total (2006), a un relativo retiro y un nuevo convenio en virtud del cual se ha instalado una Base de Operaciones en el norte del país (2010), para capacitar en esta ocasión a los cuerpos policíacos, que son los que han tomado la delantera en la lucha contrainsurgente y de protección a los capitales transnacionales (lo que incluye desplazamiento, expulsión violenta, criminalización, encarcelamiento, asesinatos y reordenamiento territorial). No obstante, todavía no se logra establecer explícitamente un Plan Paraguay similar al de Colombia, como sí ha ocurrido en el norte.
La Iniciativa Mérida (2008), nombre con el que se ha querido disfrazar el Plan México, sienta un precedente que se repetirá en todas las subregiones donde se han escalado los acuerdos de seguridad previos, creando una nueva institucionalidad en el campo.
Tanto las normatividades (antes Planes, ahora Iniciativas), como los emplazamientos directos (bases), e indirectos (IV Flota); algunos encaminados a envolver y otros a penetrar, algunos unidireccionales y otros compartidos (ver cuadro), han logrado modificar el equilibrio geopolítico, en permanente redefinición.
Estados Unidos logró revertir la tendencia emancipatoria ascendente que marcó el cambio de milenio pero no ha logrado derrotar la resistencia, que se recompone desde diferentes lugares y con distintas modalidades. La ocupación y control territorial (que incluye los mares), alcanzados mediante un juego combinado de compromisos de cooperación, trabajo mediático, cooptación, inyección de recursos e ideología a la sociedad civil y despliegue de fuerzas físicas, determinó un cambio de balance en el segundo quinquenio del siglo XXI. Las contradicciones y disyuntivas inevitables de la resistencia y de una construcción alternativa, que no termina de despegarse de los imaginarios y prácticas capitalistas; que no termina de atreverse a “caminar sobre sus propios pies”; que no se acaba de desprender de los modos de pensar, de concebir, de hacer que le han sido impuestos por los colonizadores; que no alcanza todavía a concretar las condiciones de irreversibilidad del dislocamiento sistémico que está intentando; dan soporte al terreno de la reconquista.
Las puntas de lanza socavadoras del proyecto emancipador tienen asiento concreto en Colombia y México, junto con Honduras, Panamá, Costa Rica y ahora también Guatemala. Haití es un caso doloroso y paradigmático dentro de este tablero en el que sucesivos intentos de golpe de estado o de golpe de sociedad redirigen las dinámicas con un sentido hegemónico.
Por el otro lado, la terquedad de los pueblos en la defensa de sus territorios y sus culturas, de sus historias y sus horizontes, de sus visiones del mundo y modos de vida, aunada a los esfuerzos de construcción de institucionalidades tendientes a la desconexión del capitalismo (sumak qamaña, sumak kawsay, biopluralidad), al reconocimiento de las diversidades (estados plurinacionales, autonomías), contrahegemónicas (ALBA) o, por lo menos, impulsoras de la autodeterminación, de la descolonización, o de nuevos entendimientos Sur-Sur (CELAC), son los puntos de apoyo de un futuro no suicida y, consecuentemente (aunque no sólo), no capitalista. Todo esto siempre que se logre la confluencia, que no la unificación, entre los diferentes sujetos y procesos en búsqueda de una emancipación integral.
Las apuestas del control planetario
Entendiendo que el control de casa es absolutamente prioritario, éste ocurre paralelamente y en consonancia con el de áreas o espacios de importancia estratégica en términos de su dotación de recursos fundamentales, de su rebeldía político-cultural, de su arraigo histórico específico (en este caso no-occidental), o de su capacidad para conformar una articulación hegemónica alternativa (1).
El corredor petrolero de Asia Central, Medio Oriente y África es sin duda la segunda prioridad de la política hegemónica, no sólo por sus riquezas sino por los juegos de poder presentes en él.
Desde la búsqueda por impedir la relación entre China y los países proveedores de petróleo; la de China y Rusia o de cada uno con sus redes de alianzas regionales; hasta la de impedir la formación de nodos de articulación no occidentales como podrían ser (o haber sido) Libia y, sobre todo, Irán (2), las piezas llevan tiempo acomodándose en la zona y son una referencia de equilibrio con respecto a América.
En África el Golfo de Guinea, Sudán y Libia marcan un triángulo de codicia que se inserta en la línea Libia, Siria, Irán, de manera que tiende a abarcar casi toda la región que el Pentágono considera ser la “brecha crítica”, tanto por sus riquezas como por su presunta indisciplina, desorden o insumisión.
Escenarios simultáneos, contrapunteados y fundamentales, para los que se diseñan políticas diferentes y se movilizan actores específicos, pero que sólo en conjunto garantizan el mantenimiento de la hegemonía y, lo que es infinitamente más importante, del orden sistémico.
Ahora bien, como en todo juego de estrategia, un movimiento implica siempre efectos varios. La jugada entonces pone a prueba también a las fuerzas aliadas como las de la OTAN, suplantadoras sin riesgo de competencia porque requieren la asociación, y mueve las relaciones internas de la Unión Europea de modo que puede resultar en un debilitamiento general de su fuerza relativa. De esta manera los costos de la guerra se expulsan y los beneficios se comparten, dejando los inmediatos en las manos más pequeñas y los estratégicos en la cúspide de la pirámide del poder.
De algún modo el corredor petrolero contrahegemónico liderado por Venezuela en Latinoamérica, antes por Libia en África y por Irán en Asia Central marca las pautas de movimiento de la geopolítica y enciende los focos de alerta.
Evidentemente, el involucramiento popular en la construcción de los procesos contrahegemónicos o alternativos es la base de su solidez y el mal manejo de las diferencias puede llevar a situaciones en que éstas se conviertan en contradicciones incluso antagónicas.
La suerte de la región y las posibilidades de construcción de un futuro distinto, que permita caminar hacia fuera de este sistema de guerra y depredación, se encuentran en gran medida en la sabiduría con la que estos procesos generan los consensos e inventan su realidad, cosa que no en todos los casos sucede y que, por supuesto, es la más difícil de lograr.
Tanto Libia como Siria muestran fracturas sociales que han sido muy bien aprovechadas por los intereses hegemónicos. No obstante, en geopolítica nada se escribe de manera definitiva y la balanza puede nuevamente orientarse hacia la bifurcación sistémica, hacia lo que hoy muchos ya nombran el vivir bien.

Notas:
1) En el caso de América este lugar le corresponde a Venezuela.
2) Irak en su momento fue destruido por los mismos motivos.
Ana Esther Ceceña, economista mexicana, es investigadora en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y coordinadora del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica www.geopolitica.ws