La esquina es de las mujeres que la trabajan
“Dicen en la tele que somos un grupo vulnerable, pero nos chingan como si no lo fuéramos, como si fuéramos delincuentes, cuando a nadie hacemos daño”.
Jaime Montejo
Ciudad de México.
Durante el recorrido de conmemoración del 8 de marzo, día internacional
de la mujer, el señalamiento era el mismo por parte de trabajadoras
sexuales curtidas durante veinte, diez o cinco años en la lucha
callejera por la defensa de su territorio: “¿Por qué no nos toman en
cuenta? En la tele hablan mucho de las chicas que ganan diez mil pesos
al día, ya quisiéramos ganar siquiera mil. ¿Por qué la diputada Rosy
Orozco dice esas cosas sin tomarnos en cuenta, sin habernos escuchado?”.
Dice Rocío: “Dicen en la tele
que somos un grupo vulnerable, pero nos chingan como si no lo fuéramos,
como si fuéramos delincuentes, cuando a nadie hacemos daño”. Y Mérida
responde que deberían estar unidas “porque nos quieren chingar, y
también debemos ser solidarias cuando muere una de nosotras y apoyarnos
para que no se vaya a la fosa común y no pelearnos entre nosotras.”
Una y otra vez, la expresión de rebeldía
de trabajadoras sexuales que no saben “dejarse chingar por la
autoridad”: “Estamos dispuestas a ver a la diputada para que nos tomen
en cuenta. Ella qué sabe de nuestros dolores y angustias. Algunas de
nosotras llevamos dos días sin trabajar y cuando nos ocupamos con un
cliente, hasta le cobramos menos para llevarnos algo de dinero a nuestra
casa.”
En La Merced
Un día como cualquier otro en La Merced.
El comercio ambulante, la venta a cuenta gotas en los aparadores de las
zapaterías y tiendas naturistas, los camiones bajando y llevando pasaje
de un lado a otro de la calle Corregidora. La parada de microbuses
despachando unidades hacia el oriente y ciudad Neza, en el estado de
México. Mujeres mazahuas ofreciendo verduras y alguna fruta de
temporada. Los cargadores del mercado de flores, yendo y viniendo, con
uno que otro viaje de alimentos. Teporochos perdidos en su cruda
realidad. Policías haciendo su agosto con los clientes de las
trabajadoras sexuales y una que otra rezandera, haciendo limpias para
que la suerte regrese y haya abundancia en el talón.
Es la “Candelaria de los patos”, donde
una trabajadora sexual de 62 años de edad y 20 en la defensa de la
esquina, comenta que debe un año de renta y como ya está grande ya casi
no trabaja y por eso quiso vender dulces en la calle, donde la policía
se los quitó del lado de la Cuauhtémoc y en el juzgado cívico le
cobraron una multa de quinientos pesos, y hasta que vendió sus cosas
entre los detenidos pudo salir: “Si no hay trabajo aquí y no me dejan
vender, entonces qué hago?”, platica entre lágrimas y pena.
Rubí, trabajadora sexual de 35
años, denuncia que hay muchos policías sobre Corregidora que espantan,
roban y extorsionan a los clientes de sus compañeras y no detienen a los
ladrones de la zona: “De nada sirve tenerlos si lo único que hacen es
quitarnos el pan de nuestra boca”.
Magdalena, quien “se para” en
la zona desde los doce años (desde temblor de 1985), afirma que ellas y
sus compañeras están dispuestas a defender su trabajo, ya que “un
salario mínimo no nos alcanza para salir adelante con los gastos de
nuestros hijos”.
Perla, por su parte, relata que
a varias de sus amigas las han corrido de sus trabajos “decentes”,
porque “no nada más vivían del talón” y algunas “nuevas” han sido
despedidas por recortes de personal en las empresas donde laboraban.
Afirma que hay mucha desesperación porque el dinero no les alcanza y
dice que cómo es posible que sigan cerrando los hoteles donde trabajan,
ya que eso ha hecho que haya más competencia entre ellas, “apiladas en
los pocos lugares que nos están dejando para ganarnos la vida
honestamente”.
Frente al hotel Veracruz se escuchan
voces en un pequeño mitin que congrega a las chicas de ese tramo de
banqueta: “Hoy es su día compañeras, el día en el que se conmemora a las
mujeres que luchan contra la explotación y aquí en la Merced, la
movilización contra la explotación sexual se remite a 1993, cuando
Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, sembró las
primeras semillas contra la extorsión de los inspectores de vía pública y
las madrotas autorizadas por el Departamento del Distrito Federal y el
Conasida”, señalan con coraje Rosa Icela y Elvira Madrid, a las mujeres
más jóvenes que desconocen la historia de lucha de las trabajadoras
sexuales independientes de madrotas, partidos políticos y funcionarios
públicos.
“Pregonar que la esquina es de quien la
trabaja, nos ha costado muertas, detenciones, palizas y amenazas de los
verdaderos dueños del talón, no los padrotes de Puebla y Tlaxcala que
pululan por todos lados, sino de la clase política que ha gobernado la
ciudad y ahora no tiene empacho en pretender borrarlas de un solo
golpe”, advierten las fundadoras de Brigada Callejera, organización que
se ha distinguido por movilizarse con trabajadoras sexuales contra la
prostitución forzada, la extorsión y la prostitución infantil desde hace
más de 20 años.
Las trabajadoras sexuales que han participado en la defensa de la calle en La Merced, como Margarita,
comparten con sus compañeras más jóvenes o recién llegadas, que ellas
se paran y creen que todo está bien, pero que ha costado sacrificio,
marchas y plantones para que las dejen trabajar en paz y que cuando
llegue el momento, ellas también tienen que apoyar, porque de este
trabajo salen adelante con sus familias.
Este 8 de marzo las trabajadoras sexuales visitadas agradecen el obsequio solidario de su tira de tres condones Encanto®,
la postal que dice que “El puño de la mujer, atenta contra el poder”, y
unos chocolates para celebrar a las compañeras que se ganan la vida
dignamente en las esquinas de La Merced, y que la defienden contra los
proyectos de limpieza social del gobierno perredista de Marcelo Ebrard.
Mérida, trabajadora sexual
veterana de las movilizaciones desde hace veinte años, invita a sus
compañeras a hacerse la prueba de detección del VIH/SIDA a conciencia “y
no como antes cuando el gobierno nos obligaba a hacerlo”. Las invita a
pasar a la clínica de Brigada Callejera con el dentista o para que les
hagan su colposcopia y papanicolaou; que no se olviden que pueden
terminar su primaria como ella lo hizo; ya que allá “nos tratan con
amor, cariño y afecto”.
En esta jornada no faltaron las mujeres
de apenas veinte años que preguntan: “¿qué métodos anticonceptivos nos
recomiendan ustedes, a nosotras las que trabajamos en esto?”, a lo que
Rosa Icela Madrid les responde que el cuerpo de cada mujer es diferente,
por lo que se les recomienda asistir a una consulta gratuita para que
cada quién evalúe lo que les conviene.
Las compañeras que hicieron la visita
dieron más de 50 pláticas sobre el uso del condón y entre risas y
albures, lo colocaron con los pechos y la boca y compartieron varios tips para que el cliente termine más rápido “y no les de lata en el cuarto”.
En la clínica de Brigada Callejera se
celebró la lucha de las mujeres por su autonomía, con una campaña de
salud donde participaron trabajadoras sexuales, mujeres de otros gremios
y vecinas del centro histórico, en los servicios de atención dental,
consulta psicológica, aplicación de pruebas rápidas de VIH/SIDA,
papanicolaou y acupuntura.
Irene, Fabiola, Rosalía y Emiliana,
relataron que en otro lado les han hecho sus pruebas de detección del
VIH/SIDA y no les entregan sus resultados y tampoco el dinero que les
prometieron por participar. También dijeron que hay clientes que piden
el servicio y no les pagan y la policía delegacional de la delegación
Venustiano Carranza, no hace nada para evitar que eso siga sucediendo.
María, indígena oaxaqueña, ex
trabajadora sexual que hoy es auxiliar de salud en la clínica de Brigada
Callejera, dijo estar complacida ya que “las chicas recibieron muy bien
el mensaje que Rosa y yo les llevamos”.
Para finalizar la jornada del 8 de marzo, Mérida
concluye: “se habla de no violencia a la mujer y de respetarla, pero a
nosotras las trabajadoras sexuales nos tienen como esclavas y las
autoridades nos maltratan porque no respetan sus leyes y reglamentos.”
www.desinformemonos.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario